Alejandra Pizarnik
I
Y
sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.
II
Pero
a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del
borde filoso de la noche.
III
Como
una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.
IV
Como
cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.
V
Todos
los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la ofrenda, el ramo que
abandona el viento en
el umbral.
VI
Cubre
la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que
fuiste.
VII
La
noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos
fríos.
VIII
Y
la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía,
recuerdo.
IX
Caer
como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.
X
Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca
cosida. Párpados cosidos. Me olvidé. Adentro el viento. Todo cerrado y el
viento adentro.
XI
Al negro sol del silencio las palabras se doraban.
XII
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy
sola y escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí que tiembla.
XIII
Aun si digo sol
y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden.
¿Y qué deseaba yo?
Deseaba un silencio perfecto.
Por eso hablo.
XIV
La noche tiene la forma de un grito de lobo.
XV
Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me
levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy. Peregrina de mí, he ido
hacia la que duerme en un país al viento.
XVI
Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me
aguardó pues al mirar quien me aguardaba no vi otra cosa que a mí misma.
XVII
Algo caía en el silencio. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.
XVIII
Flores amarillas constelan un círculo de tela azul. El
agua tiembla llena de viento.
XIX
Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la
mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una
ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo, he
de volver a mis huesos en duelo, he de
comprender lo que dice mi voz.
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